Emprendemos una crítica (revisión) del IV apartado que compone sustancialmente el “Proyecto Nacional Simón Bolívar” (2007-2013) para la Construcción del Socialismo en Venezuela, y en el mismo recorrido, necesario será partir de nuestra realidad mancillada por un sistema capitalista, y que en la concreción de los hechos ha sido y es una cultura pseudocapitalista expresada de la manera más bárbara en el consumismo y la sumisión a la etapa superior y expresión más elevada del capitalismo como lo es el imperialismo, y en este caso el imperialismo norteamericano.
La Nación heredada por la Revolución Bolivariana, incluso antes de plantearse bajo esta denominación, tiene una fuerte gesta de clases en contradicción necesaria, y a finales del siglo XX cuando irrumpe el proceso de Liberación Nacional comandado por el Presidente Hugo Chávez y protagonizado por las diversas fuerzas de izquierda y socialdemócratas afectas a un cambio, Venezuela contiene entre estas fracciones una contradicción fundamental entre la burguesía y los productores de la riqueza (obreros y campesinos), una contradicción principal entre las clases y fracciones nacionales y las asociadas al imperialismo, y unas contradicciones subsidiarias que se da entre la burguesía no monopólica y los sectores medios, entre obreros y sectores medios y entre obreros y campesinos. En este marco, valoramos enormemente los saltos cualitativos y cuantitativos, que el gobierno ha impulsado mediante el apoyo popular, en la creación de un nuevo sendero por donde dar salida a la crisis socio-cultural y econonómica, que el sistema capitalista desarrollado en Venezuela produjo bajo gobiernos corruptos y despatriados, ya que después de 10 años de iniciarse este proceso, se percibe una clara intención por construir un modelo de vida socialista, un sistema socialista, con una moral y una ética nueva y como Friedrich Nietzsche expresó en “aurora”, en este sistema se ha desarrollado “una inversión de los valores” (Aurora, 2007, pág. 16) ya que los antes excluidos ahora son protagonistas, los abandonados ahora están al frente de sus comunidades organizando y construyendo, la representatividad ahora se transforma en democracia protagónica y participativa, en sí el pueblo se está empoderando del gobierno, y la PRODUCCIÓN SOCIALISTA va sustituyendo una explotación antes desmedida y generadora de plusvalía en el sector privado y privatizante.
Las clases sociales son el habla del modelo productivo de un país, y las que hemos detectado a finales del siglo XX y a inicios del XXI responden a la división del trabajo, al desempleo generado por la farsa capitalista y el neoliberalismo salvaje, lo que es diciente, es que si existen es porque el trabajo está dividido y tal división responde al modelo impuesto por la minoría (burguesía), y estructurado en las mentes de los mismos protagonistas del trabajo, por medio de todo un sistema religioso, político, educativo y comunicacional que alienan y enajenan a los hombres y mujeres, haciéndolos ciegos sobre una manera diferente de vivir, enterrándolos en una caverna platónica; esto hace difícil una liberación integral de los hombres, de una Nación, pero la ventaja es que se cuenta con un gobierno ganado por el pueblo y para el pueblo, que ha apostado por la mayoría, ha mantenido una ética y fidelidad a sus electores, ha iniciado junto al pueblo el camino al Socialismo del siglo XXI, que no es otro que el Socialismo en el siglo XXI, el socialismo científico, y para el que se parte desde una lectura lucida de la realidad, y se ha tratado y concretado teóricamente por el momento y en la práctica algunos hechos, y entre estos se cuentan las tres formas de producción planteadas en la planificación de la economía nacional: Las Empresas de Producción Social, Empresas del Estado, Empresas Capitalistas Privadas, dando prioridad a las E.P.S. como nuevo modelo de producción y la creación de condiciones necesarias para ir dejando de una lado los modelos privados y otros innecesariamente en manos del aparato del Estado. Algunas formas surgen de las relaciones entre dos o tres modos de producción, y se denominan empresas mixtas, este hecho se da bien para mantener la estabilidad económica o estratégicamente para la desaparición del modelo viejo en la nueva creación.
Los retos de los Revolucionarios y Revolucionarias, de los hombres y mujeres humanistas, es apostar en contra de toda corriente reformista e idealista, y a favor de la transformación estructural de la sociedad venezolana, y la única forma encontrada hasta ahora por la ciencia y la filosofía marxista – leninista es el control de los medios de producción por los trabajadores, por los productores de la riqueza, la dirección del Estado por la revolución con el fin de asegurar los medios fundamentales para la seguridad de la Nación, y para esto las Empresas de Producción Social deben ser el único norte productivo a lo que debemos aportar teóricamente y prácticamente con urgencia, y para que no se denote de forma anárquica la toma de los medios, debe ir marchando a un solo paso, sino adelantadamente la organización de los Consejos Socialistas de Trabajadores, los Consejos de la Comuna, los Consejos de Campesinos, y otras organizaciones necesarias.
Cuando revisamos el enriquecido proyecto de las EPS y vemos el fracaso cooperativista de la misión “Vuelvan Caracas”, intentos de la misión “Che Guevara” y otros créditos a cooperativas en el país, tenemos que temer con sobrada razón el fracaso de las EPS, sino tememos podemos pasar por una estúpida embriagues, y si olvidamos que debemos abonar el terreno con sólida teoría, basados en la nueva moral y la nueva ética que surgen de la dialéctica revolucionaria, los intentos de las EPS serían “más de lo mismo” y no podemos ser ciegos, alienados ahora por ilusionismos, tenemos que caminar con los pies bien puestos sobre una nueva estructura económica del la Nación, cosa jamás vivida por nosotros, lo que nos hace más esperanzados pero también más frágiles, tenemos que abonar con teoría a las comunidades acerca de mínimos detalles como las relaciones en Consejos Socialistas de Trabajadores, rendición de cuentas de las organizaciones en las EPS a las Comunas y Consejos Comunales, la capacitación gerencial de todos los integrantes y la obligatoria instrucción de los trabajadores como necesario camino para su liberación y autonomía personal, la organizaciones en las zonas campesinas de los Consejos de Campesinos y retomar nuevamente la formación de los Consejos Comunales, ya que en su mayoría están conformados pero no formados.
Basta con pensar una economía Nacional cohesionada, basta con imaginar una distribución “según su trabajo y según su capacidad” y los trabajadores organizados dirigiendo sus propios destinos, y nada más con la pura organización podemos devolver la injusta acusación que los capitalistas hacen a Marx, al decir que su teoría es una utopía, pues es viable para los trabajadores organizarse y de esa forma mediante Consejos de Trabajadores dirigir las E.P.S. mientras que utopía y más que utopía una fantasía es creer que los niños y jóvenes que vamos avanzando en esta sociedad, seremos todos capitalistas, que podremos acumular capital y cumplir la mentiras del sistema, nada más con imaginar a todos buscando el acumulado vemos lo inviable del un sistema distinto al socialismo y desde esa óptica regresamos la crítica a los socialistas demostrando que el socialismo sigue siendo el “Socialismo real” porque es aplicable a toda realidad y parte de sus elementos constitutivos.
Otro elemento que debemos inculcar repetidamente para dar realismo a las E.P.S. es acerca de la plusvalía, y diremos desde al teoría marxista, que este elemento permite a la burguesía reproducir su clase y por ende reproducir centros de explotación, centros de extracción de plusvalía, centros no de trabajo sino de negación de la creatividad de los creadores (trabajadores), y en muchos casos los trabajadores se pondrán de lado de sus verdugos, ya que la alienación es tal que muchos están drogados por la fantasía de sus supuestos bienes privados y el supuesto esfuerzo del patrón “por tener lo que tiene”, y estos “desvinculados” que son la mayoría, deben entender por nuestras razones que las empresas funcionan porque nosotros los trabajadores hacemos que funcionen, que quienes dirigen la máquina son los trabajadores, si el patrón se para no pasa nada, si se paran los obreros se derrumba la economía, entonces con estos argumentos les propondremos que la plusvalía que hoy hace que el capitalista reproduzca su clase, mañana será el excedente que los Consejos de Trabajadores entregarán al órgano de la Comuna, para que sea distribuido en beneficios y desarrollo de la colectividad que al final son trabajadores mismos y sus hijos que ya no irán a trabajar para enriquecer a otros sino para la sociedad, esto sería un elemento teórico permanentemente motivador para la creación de las E.P.S. porque desde la degeneración moral y ética que hemos heredado, si esto no se inculca, será peor el remedio que el mal del pueblo venezolano.
José Marciano Briceño Santiago, CI- v. 17.267.267
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